viernes, 12 de septiembre de 2008

Visiones


Y, sin embargo, a pesar de los intensos llamados, él no accedió.
Llamáronle repetida y obstinadamente en busca de su sola presencia,
mas no encontraron afirmación alguna.
La insistencia perturbó su concentración,
la impocisión lo mantuvo sosegado.
Abrió los ojos y trató de acomodarse del lado contrario de donde yacía
mientras guardaba silencio, aunque forzado.
Oía sus voces a lo lejos, mientras centenares de visiones recorrían su mente casi maltrecha.

- "Parece que no está. ¿Habrá salido?"
- "Capaz le ha pasado algo..."

Por un momento pensó que quizás era oportuno acceder,
pero su abatido cuerpo se lo impedía.
Mas cuando se empeño en superar las dolencias
se dio con que estaban ya a su costado
velando por su enfermedad: la puerta nuevamente estaba cerrada.



"¿Como? ¿Las liebres no estarán presentes? ¡Llamen a los mandriles!"

Ü-mr

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