jueves, 30 de octubre de 2008

"¡TODO AL REVÉS!"


Hace poco, caminando sin rumbo fijo mientras meditaba, un recuerdo no muy lejano retornó a mi mente sin previo aviso:


(CÍRCULO - RECTÁNGULO - CÍRCULO - CÍRCULO - RECTÁNGULO - CÍRCULO - CÍRCULO) ¡TODO AL REVÉS!


Quedé pensando mucho en ello y, pues, me condujo a pensar sobre la forma de vida que voy llevando hasta el momento. Me pareció muy interesante el hecho de que un simple pasaje conduzca a uno a identificarse, no sólo con lo ya escrito, sino con el valor simbólico que uno le otorga.

¿Escrito inconcluso? Puede que sí para los que se preguntan "¿de qué rayos habla?" Pero muy sintetizado para los que, por lo menos, puedan haberse encontrado con tal especie de "acertijo"

Si algún día TÚ lo lees sabré muy bien que entendiste este escrito.



"CROAK!"

Ü-mr

domingo, 26 de octubre de 2008

Detalles (inesperados) de un momento inesperado

En este momento el ambiente está propicio para la reflexión. Mis familiares en lo suyo, yo en mi mundo, enclaustrado entre las paredes de mi cuarto (o del que hasta hace poco se convirtió en mi cuarto, pues hace poco hice una "mudanza interna"). Bueno qué más da... siempre que tenga un espacio personal delimitado dentro de mi casa me sentiré tranquilo.

Mi madre y mi primo ayudan a mi pequeña hermana a construir una maqueta para la escuela; es sobre la contaminación ambiental y, claro, la tiene que presentar mañana lunes: la típica idea de hacer todo a última hora y como salga, sin tener conciencia de la autocrítica de por medio para poder hacer un trabajo "por lo menos" (entre comillas porque esto no debería ser así) presentable y a la altura del esfuerzo del autor. Claro, mi hermana no es una artista ni mucho menos tiene los dotes de una arquitecta, así mismo mi mamá; aunque debo admitir que ella me ayudaba en las tareas cuando era pequeño. Personalmente las veía carentes de lo que yo considero la escencia del trabajo de cada persona, pero por alguna razón que no pude entender sino hasta hace poco, aquellas tareas siempre eran bien recibidas (y calificadas) por mis profesores. Y es que para ese tipo de cosas se necesita de, primero, el querer hacerlas; y, segundo, las ganas exhaustivas de hacerlo, de lo contrario se llegará a lo que dije, un trabajo porque sí, sin escencia.

Mi tía cuida de mi abuela, quien ya está en una edad avanzada; pero, sin embargo, aún mantiene aquella tierna mirada que emitía cuando la veía cuidar de mí en mi niñez, mientras le pedía con algo de capricho un pan con mantequilla o cuando le pedía su vieja caja de cartón para poder guardar mis juguetes y pintarla también. Recuerdo mucho los momentos que pase con ella, fueron muy lindos. La comida que ella preparaba era incomparable, tenía su propia sazón, su propia "magia". A pesar de que, cuando era niño, era inquieto, travieso, ella me supo criar como el nieto que era. Mi mama trabajaba desde muy temprano, venía a almorzar y cuando terminaba de trabajar a eso de las 6pm. Mi papá, por su parte, generalmente no pasaba mucho tiempo conmigo pues salía de casa muy temprano, cuando yo aun ni siquiera me levantaba para ir al nido, y regresaba muy tarde, de madrugada, cuando yo ya descansaba. Pero claro que también salía con ellos de niño, con ellos y con mi hermano. Recuerdo que una vez mi papa llegó a casa, pues se había tomado un tiempo en el trabajo, y me dijo que me cambiara porque me iba a comprar un juguete nuevo: fue una sensasión muy admirable e indescriptible la que sentí en ese momento, me alegró mucho. Mi abuela ahora está muy anciana. !Hace poco me enteré de que tiene más de noventa años¡ Yo pensaba que tenía cerca de los ochenta. Quisiera poder decirle lo feliz que hizo mi niñez, lo seguro que me sentí con ella, con ella y con mi ya difunto abuelo. Ambos cuidaron de mí ahí cuando mis padres no estaban.

No voy a olvidar nunca aquel viejo edificio en Magdalena donde viviamos, el último piso específicamente. Aquella azotea por la cual se podía ver tanto el interminable horizonte del mar como de la Avenida Brasil. Ese edificio, ahora inexistente (pues lo demolieron para construir... ¡un grifo! ¡maldición!), seguirá siempre en pie, "construido", dentro de mí; construido no con bases de concreto, sino con bases de imágenes que llenaron mi vida de recuerdos que, a pesar del pasar de 14 años de mi vida, aún perduran dentro de mí tal cual imagen permanente e imborrable del cariño, ternura, y regocijo de quienes serían mi familia: mis padres, hermano y abuelos. Sería en vano escribir con más detalle lo que siento por los recuerdos de aquella época pues nunca nadie podrá entender nada de lo que uno escribe por falta absoluta de vivencia, es algo que siempre tengo presente.

El ambiente fuera de mi cuarto, como decía (pues al parecer quedé atraído por los recuerdos de mi pasada infancia), en este momento me es indiferente. En este preciso momento lo que más me importa es escribir, sintiéndome fuera de lo que generalmente las personas llaman "realidad". Me siento fuera de mí, en lo único que me centro ahora es en mi música, lo demás, lo que quede plasmado en algun lugar será solo producto de mi imaginación, producto de mi sentir actual. La música me sienta muy bien. La melodía tan emotiva del solo de guitarra es purificador, me llena de placer escucharla ¿Quieres saber qué tipo de música es? Gritos que para muchos pueden sonar disonantes e indescifrables, acordes distorsionados, solos de guitarras melódicos a ritmo muy apresurado, y una batería que marca tiempos muy acelerados con uso de doble pedalera extremadamente rápido, dan como resultado a que yo me sienta dentro de lo que siempre he querido sentir, dentro de lo que considero mi propio yo, dentro de mi propia realidad. Y es que, generalmente, para muchos (con excepción de los que sí le guardan un gran respecto y sienten algo similar a mí) el metal no tenga nada de especial. Para mí el metal contiene la escencia de la música, la escencia de la que hablaba antes; en fin, es mi opinión en base a mi sentir, en base a lo que significa para mí y no guiado de si tiene o no un mejor ritmo o mejor calidad que otro género, lo repetiré: MI OPINIÓN ESTÁ BASADA EN LO QUE EL METAL SIGNIFICA PARA MÍ.

Debo ser sincero, me siento muy mal anímicamente. Tengo ventanas de conversación ahí abajo, en la barra de inicio a la espera de una respuesta, pero no me siento con lo suficiente para retornar y seguir con la maldita rutina que a algunos nos persigue persistentemente. Odio la rutina, odio los convencionalismos, odio mi incapacidad para no poder hacer que las cosas salgan como quiero, y es precisamente porque uno lo puede todo siempre, y eso es (por lo menos) aceptable, aunque jodido.

No lo escribí antes: cuando hacía alusión a los recuerdos de mi anciana abuela llegué a un punto en el que la nostalgia de aquella época me invadió y tendió a querer concretizarse en un agente líquido que quería escabullirse por algunos pequeñísimos conductos. Sin embargo en ese momento sabía muy bien que eso no pasaría, ya las cirscunstancias me han enseñado lo suficiente como para no caer en el error de lamentarme por algún hecho pasado; a pesar de que sea muy fuerte, lo he sabido superar.

No escribiré más por ahora. Escribí cosas que quizá no debiste o no querías saber, pero total ¿a quién le importa? te olvidarás de lo que acabas de leer en menos de lo que imaginas y, además, ¿para qué quisieras recordarlo si no tendrá la misma carga simbólica que para mí?

Es este un escrito algo extenso; asi como no me gusta leer un artículo muy extenso (con excepción de los que sí son interesantes, cosa que este no lo es), tampoco me gusta escribirlos así. Te dejaré con esto por el momento. Cada escrito lleva parte de mí consigo, quizá no explícitamente, pero de lo que sí estoy seguro es que, por lo menos, implícitamente, sí lo está. No me interesa que entiendas las cosas que escribo, muchos no lo hacen y eso no me mortifica; al contrario, me hacen sentir mejor, me hacen sentir único.



"One for all... all for one... we are strong... we are ONE!"

Ü-mr

lunes, 20 de octubre de 2008

Tiempo

Tranquilo por ahora...
El tiempo pasa, no hay nada aún...
Y pensar que probablemente en unos instantes me sienta el más inútil de todos...
Y pensar que probablemente eso no pase...

Sólo unos cuántos minutos determinarán lo que pude haber llegado a hacer en algun campo específico de lo académico.

Veo de nuevo...
No hay nada...

Mientras tanto, seguiré esperando...
Tranquilo por ahora...
Con las probabilidades de por medio.



"Those who are dead are not dead, are just living in my head!"

Ü-mr

A modo de prueba, no más.

Importante
Lee lo siguiente de la manera más concentrada posible. Imagina cada cosa lo más que puedas, trata de sentirlo y, sólo así, entenderás el fin del siguiente escrito.





Imáginate una manzana.


Imagina que es del tamaño preciso, que encaja perfectamente en una mano y con lo suficiente como para comérsela.


Imagina que es una de aquellas muy suculentas y jugosas.


Imagina que es color rojizo, similar al guinda con algunas pequeñas zonas donde el color se hace más ténue.


Imagina que la cáscara es muy brillante, que la luz del sol rebota en ella a modo casi espectacular.


Imagina que de la parte superior de ella sale un pequeño tallo con la, muy rara, presencia de una hoja pequeña.


Imagina que al morderla, tu boca se sacia con lo jugosa de aquella, llenándote de placer al darle cada mordisco.


Imagina que le das una segunda mordida.


Imagina que le das una tercera mordida, y una cuarta y una quinta...


Imagina que su sabor es incomparable con la mejor de las manzanas que hayas comido antes en tu vida.


Imagina que a cada mordida, no esperas el momento en el que puedas terminar de saborearlo lentamente, comerte el pedazo mordido y así continuar con la siguiente mordida.


Imagina todo eso.


Vuelve a leer nuevamente todo hasta aquí y continúa.


(...)


(...)


(...)


(...)


La experiencia con el comerte la manzana, saborearla y disfrutar cada mordida puede haber sido muy placentera. ¿Pero hasta que punto? La idea general (fruto de todas las otras pequeñas complementarias) debió de haber sido muy bien representada por ti mismo en tu imaginación.

Ahora date con que, mientras leías muy concentradamente lo anterior y diste con esa idea general, fuiste presa de... ¡una manzana! Estuviste en un estado de subyugación hedonista no por una cosa en concreto, sino sólo por una idea. Y no cualquier idea, sino ¡tu propia idea!

Y es que a veces nos dejamos guiar por nuestros instintos y placeres sin darnos con que en realidad lo único a lo que vamos a parar es a nuestra total dependencia de lo que en realidad es solo una idea. No es que se pretenda serlo de una cosa en concreto, pero el objetivo del presente no era más que demostrarte a ti mismo que algo tan cotidiano o simple te desprende de lo que uno podría llamar "el estar conciente-de", dejándote llevar por caminos que sólo llevarán a una efímera satisfacción de lo creado por uno mismo.

Este fue solo un escrito nacido del interés de su propio resultado, si resultó contigo hásmelo saber.



"mira a tu alrededor... ¡la belleza del simbolismo por todas partes!"

Ü-mr

viernes, 10 de octubre de 2008

00:01

Antes de dormir teñiré de oscuro mi alrededor...
Antes de dormir miraré profundo hacia mi interior...
Antes de dormir levitaré por sobre mí...
Antes de dormir me observaré sin los ojos abrir...

Antes de dormir te visitaré sin previo aviso...
Antes de dormir escaparemos, aunque sin rumbo fijo...
Antes de dormir pensaré en todo...
Antes de dormir me inmovilizaré para quedarme solo...

El relato del pasado a modo de fábula retornará.
Los avisos del futuro a modo de predicción han de fluir.
Tanto unos como otros, en inifinidades en mi mente están.
Todo eso y aún más haré antes de dormir.

Pensaré en lo de hoy
pensaré en lo de ayer.
Pensaré la manera en la que me hallé.

Pensaré en ti
pensaré en mí.
Pensaré, más bien, en lo que faltó para darle un buen fin.

Pensaré en los inicios

pensaré en su fin.
Pensaré en que todo no fue más que obra de lo que no elegí.

Pienso en un diálogo y pienso en un suceso.
Pienso en un mirar y hasta el beso que te dí.
Muchas son las cosas en las que pienso
cuando las pienso... antes de dormir.



"la oscuridad de tu cercanía llenó de gracia aquel instante en el que te ví partir..."


Ü-mr

miércoles, 8 de octubre de 2008

Efimeridad permanente de la síntesis


"Esta bien", asintió sutílmente.
Ella sonrió mirando hacia el suelo.
Se cogieron de la mano y caminaron.

Sin embargo, al volver la mirada
se dio con una gran imagen suya.
Se veía pensativo y a la vez dudoso.
¿Qué le habría pasado?

No lo supo en el acto, mas cuando disponía
a dirigirse hacia el motivo de tal fachada,
de repente, dio con una síntesis muy confusa:
ella sabía que lo quería, pero él no lo suficiente.


Y es que por motivos de índole mayor,
pretendemos querer momentáneamente
sin darnos cuenta de que al hacerlo
causamos el génesis de un sentimiento profundo
que posteriormente será
el peor infortunio de la otra persona.



"¿Así? ¡A mí me dijo lo mismo! Habrá que preguntárselo otra vez"
Ü-mr

domingo, 5 de octubre de 2008

"...pronto"


Y cuando se acercó la recibió cordialmente;
se sentaron, charlaron, se conocieron.

Lo invitó a quedarse con ella, él aceptó.
Fue un momento inesperado,
ninguno lo habría pensado jamás antes.

Le dijo a ella: "espérame un momento, regresaré muy pronto"
luego, ella asintió afablemente.

Ya de regreso, el lugar donde estaban había sido desocupado.
Su presencia había desaparecido,
él nunca comprendió qué era lo que le había pasado.



"Imágenes pasan desapercibidas... ¡casi como las reales!"

Ü-mr

sábado, 4 de octubre de 2008

¿Qué cosas no?

Cosas que siempre nos pasan, cosas que uno al escucharlas piensa que nunca le ocurrirán. Sin embargo, cuando menos te lo esperas... ¡te pasa! Precisamente es en ese instante en el que te dices a ti mismo: "¡qué imbécil! ¿cómo me pudo pasar?" mientras ries y te avergüenzas, aunque sin miedo alguno pues generalmente sólo tú te has dado cuenta. Cosas, como dije, que siempre nos pasarán.

Quiero, pues, hacer presente aquello que me ocurrió sin haberme dado cuenta, a causa de lo despistado que puedo llegar a ser algunas veces.


*Tetera*

Era pues, en ese entonces, un niño de ocho o nueve años. Mis padres habían salido a alguna reunión del colegio de seguro, lo cierto es que no estaba con nadie más excepto por un amigo con el que estuvimos jugando Super Nintendo y viendo televisión. Después de horas, la noche se hacía presente. Le pregunté a David, mi amigo, si quería tomar lonche: alguna taza de leche con cocoa o de café para acompañar la bolsa de panes que aún estaba ahí desde la mañana. Él asintió, y entonces me dispuse a calentar agua en la tetera. Prendí la cocina, puse la tetera en la hornilla, luego me dirigí a la sala, donde estábamos viendo una película que no recuerdo más por una frase que decía "Coman caaarnee.." con una entonación muy propia de película cómica. Estuvimos entretenidos viendo tal película por un buen rato; fue como si no estuviésemos esperando nada. Derrepente, David me preguntó si el agua ya había calentado; en ese momento me acordé de la tetera. Fui corriendo a la cocina, prendí la luz, había pasado mucho tiempo, la tetera no sonaba ni había sonado. Entonces abrí la tapa de la tetera, David estaba bajo el marco de la puerta de la cocina. Vi el contenido de la tetera, ¡no había nada! ¡la tetera estaba vacía! Por un momento pensé que quizá el agua toda se había evaporado sin habernos dado cuenta ninguno de los dos; pero, al rato, me di conque en realidad lo que había pasado era que ¡nunca llené la tetera con agua! La había puesto a "calentar" estando vacía. Fue un momento en el que me sentí tan torpe, pero a la vez fue un momento tal que ni David ni yo nos dimos conque nos fuese a pasar alguna vez en la vida. Al final sí pudimos tomar lonche mientras recordábamos mi torpe hazaña y hacíamos memoria de algunas pasadas.


*Embarro*

Una noche oscura, junto a mis demás amigos de barrio, jugábamos a las escondidas. Vivía al frente de un gran parque, en ese entonces muy bien cuidado; era un espacio muy abierto para poder montar bicicleta, jugar futbol, entre muchas otras cosas más. Estábamos reunidos cerca de ocho o nueve personas jugando. Valía esconderse en cualquier parte del parque, aunque con ciertas restricciones. Del lado izquierdo, el límite era un pasaje; del derecho la casa de un amigo ya mayor; y hacia el frente el límite de bajada hacia la cancha de fulbito. Una vez puestas las reglas, que por supuesto eran las siempre las mismas, disponíamos de la típica regida yan-ken-po para ver quien iba a contar. Una vez ya pasado el tiempo, le tocó contar a un amigo, los demás y yo tendriamos que escondernos lo más rápido posible. Fue, pues, que decidimos unos cuantos escondernos en los arbustos del parque de la señora que vivía a cuatro casas de donde se contaba. Eramos cuatro los que estábamos en el parque, ya estábamos escondidos todos. Fue cuando decidimos cambiar de lugar y acercarnos para "salvarnos". Yo me quedé al final, los otros tres avanzaron primero; avance estando agachado, me apoyaba a veces de mis manos; avancé unos dos o tres metros quizás, y fue cuando decidí apoyarme sobre mi mano izquierda. Una sensación de asco, repulsión y repugnancia combinados en un solo momento: mi mano estaba enbarrada de heces de perro. Fue asqueroso tener que improvisar al pasto como medio para limpiar mi embarrada mano. Use desde pasto, hojas grandes y hasta tierra. ¿Me ampayaron? ¡sí! pero por suerte no fui el primero. Me dirigí a mi casa, me lavé muy bien las manos y después de un vaso con agua salí nuevamente. El juego aún continuaba.



Estas dos son unas de las incontables cosas que me pasaron. Publicaré en próximos escritos las demás en espera; no están precisamente en este escrito para no hacerlo muy extenso y para que no se preste al agotamiento visual con la pantalla de tu computadora. Por ahora lo dejaré aquí, pero, como dije, publicaré muchas más anecdotas graciosas y embarazosas de mi vida pasada, no me extrañaría que por ahí alguien se diga a sí mismo "esto también me ha pasado a mí" o cosas como "¡qué idiota!".



"Caminando por verdes parajes encontré a un vagabundo tirado, disfrutando del intenso calor"

Ü-mr