martes, 29 de septiembre de 2009

Carnivorous patience


Breathing life into these mares
where enemies turn into flesh
This is the abyss I fear the most.
I feel their eyes staring at me.
Waiting with carnivorous patience,
their memory timeless.
For all they know I must succumb sometime...
A solemn cry rises to the sky
as heavy wings blacken out
the morning sun with infinite darkness.
Am I dreaming or am I dead?
In search for my heart,
lost in this hell,
the vultures are soaring above
tearing me apart.
Screaming voices in my head.
A sudden pain then deadly silence
devouring the remains of my heart
I can feel it dying.
Picking at the bones of my soul.
Left me dead inside!
The more I gave the more they took.
Left me dead inside!!!
"wait... no... wait... no... wait, wait... no... wait, wait... WAIT!"
Ü-mr

domingo, 21 de junio de 2009

(escrito interminable)

Hace poco, mientras iba caminando por algunas calles cerca de mi casa sin nada en la mente, recordé una pequeña anécdota en la que, por falta de un uso adecuado de las palabras necesarias, un compañero no pudo expresar eficientemente un suceso, según él, gracioso. Mientras lo relataba, imponía en los oyentes una carcajada que solo él realizaba. No pudo, entonces, lograr su objetivo, por el simple hecho de enredarse él mismo en su propio escaso vocabulario.

Recordé también que ocasionalmente le suele pasar ese tipo de cosas a cualquiera: ya sea por la misma acción de la risa de cada uno o por alguna otra cosa. A no ser que haya alguna persona que cuente un suceso de manera objetiva (que de por sí ya se estaría hablando de algo casi utópico), nada ni nadie puede realizar ese tipo de relato sino de manera subjetiva y solo aproximada, desde la perspectiva propia. De repente, hice una pausa en mi caminar y me di conque las palabras son limitadoras y parametrizadoras de la interpretación sobre una acción.


¡Librémonos de las palabras!


Es más propio de aquellas personas libres el escindirse del lenguaje y del pensamiento... ¡Aquellas que se valen de su propia praxis para poder expresarse!



"..."


Ü-mr

domingo, 8 de febrero de 2009

Carta a Edgar: Memorias de Mar Mar

Nos conocimos un domingo poco antes de Navidad. Todos celebraban lo que repetitivamente suelen llamar "el nacimiento del niño Jesús", el ambiente era muy festivo: personas organizando entregas de regalos, chicas decorando o sirviendo grandes cantidades de bocaditos surtidos en una mesa larga, niños correteando alegres, enceguecidos quizás por la diversidad y gran colorín de los papeles regalo que envolvían, literalmente, lo que, por lo menos ese día, los haría aun más felices de lo que serían al entretenerse con el show que les prepararon. Toda la atención estaba centrada allí, en aquel tercer piso del Pabellón de Medicina D del Hospital del Niño, al punto que los niños pasaron por alto nuestra presencia. Fue un regalo muy bonito el que les dieron; sin embargo, olvidaron llegar a todos ustedes, entre ellos estabas tú.

Un grupo de chicas algo desinteresadas nos dijeron el lugar donde, minutos más tarde, te encontraríamos, pues solo atinaron a decir que allí había un niño al que "lamentablemente", según ellas, no podrían llegar. "Cuarto de Aislamiento": un terrible y asqueroso nombre para el lugar donde algún niño, a causa de los malditos infortunios de la vida, vaya a parar. Chispas y yo (Mar Mar) entramos con algo de temor y de intriga, pues no sabíamos de qué se trataba aquella "invitación".

Postrado en una cama, con casi la totalidad del cuerpo vendado: allí estabas tú. Ambos pasamos. Nos miramos mutuamente. Nos dirigimos hacia ti. "Hola soy Chispas", "Y yo Mar Mar": "Hola, yo soy Edgar, ¿quiénes son ustedes?", respondiste con una voz casi inentendible, y con mucha curiosidad pues en ese entonces no podías abrir los ojos para ver a tu alrededor. "¿Payasos!, hemos venido a visitarte", "¿Payasos? ¿y cómo son?"; empezamos a describirnos físicamente para que pudieses hacerte una idea de cómo lucíamos en ese entonces. "¡Qué bonito!" nos dijiste. Preguntaste la fecha en la que estábamos, "domingo 21 de diciembre", luego preguntaste el por qué de la estruendosa música que provenía de las afueras de tu cuarto. En ese momento ambos nos miramos fijamente sin saber qué decir, puesto que minutos antes nos preguntaste si ibas a salir pronto del hospital para poder celebrar navidad en tu hogar, con tu familia. "Es una nueva terapia con la que se está tratando de curar a los pacientes, se llama la musicoterapia". Esta es una de las razones por las que ahora, Chispas y Mar Mar, nos sentimos mal, pues consideramos que, sin la intención-de, te mentimos, pues creímos en ese momento que decirte que allí afuera estaban celebrando la navidad mientras que tú estabas postrado en aquella cama iba a ser un golpe muy duro para ti.

Continuamos entonces con nuestra conversación, hasta que una Doctora entró al cuarto y nos dijo que salgamos un momento. A ambos nos pareció muy extraña esa petición, ¡y vaya razón para la que nos pidió que salgamos! "Ese chiquito (nótese que ni siquiera se sabía tu nombre), ha sufrido quemaduras severas en varias partes de su cuerpo. Un balón de gas estalló en su casa mientras estaba allí con algunos miembros de su familia..." Y pues aquella razón justificaba el por qué de su casi completo vendado cuerpo. Pero, por alguna razón que en ese momento Chispas y Mar Mar consideramos LA PEOR DE TODAS LAS RAZONES HABIDAS Y POR HABER, la Doctora elevó el tono de voz sin considerar que estábamos a tan solo un metro o quizá un metro y medio del cuarto donde estabas tú, mientras decía: "...en aquella explosión su papa falleció, pero no se lo vayan a decir eh, el chiquito no lo sabe, y no debe saberlo porque sino su situación puede empeorar". "¡¡¡TARADA ESTÚPIDA!!!" nos dijimos hacia dentro, "NOS PIDES QUE NO HAGAMOS ALGO QUE, ADREDE, TÚ MISMA HACÍAS, ¿QUÉ CLASE DE DOCTORA LE HARÍA ESO A UN PACIENTE?, ¡INCLUSO CONSIDERANDO QUE SE TRATA DE UN NIÑO AUN!" Volvimos al cuarto, continuamos con nuestra conversación, empezamos a cantarte mientras rimábamos e improvisábamos canciones que al final consideraste bonitas y graciosas.

Al poco rato llegaron tres jóvenes mujeres trayéndote regalos de aquella celebración por Navidad. Entonces nosotros nos despedimos de ti, prometiéndote que regresaríamos a tu cuarto la próxima semana para seguir conversando y cantando contigo. Chispas salió primero, Mar Mar se quedó un momento más contigo antes de que entraran aquellas chicas, de repente me dijiste: "Mar Mar, ¿tú tienes celular?", "Sí, ¿por qué?", "¿Me lo puedes prestar para llamar a mi papá?", "No lo tengo aquí Edgar, pero la doctora me dijo que tu papá está bien, no te preocupes por él", "¿En serio?", "descuida, él está bien..." Nos gustó muchísimo pasar aquél momento junto a ti, Chispas y Mar Mar conversaron sobre tu situación y ambos coincidimos en que eras un niño muy carismático, al poco rato nos sentimos comprometidos contigo, te sentimos parte de nosotros.

Una semana más, entramos a tu cuarto: ¡Vaya sorpresa! Tu situación había mejorado ¡y mucho!: ya podías abrir los ojos, podías hablar un poco más claro, y lo mejor de todo, ¡NOS LLAMASTE POR NUESTROS NOMBRES! Ambos quedamos anonadados por aquella reacción, nos encantó que te hayas acordado de nosotros. Conocimos a tu hermana Kathy ese día, ella te daba de comer cuando llegamos. La molestamos y jugamos con ella también, tú sonreías. Nos sentimos muy alegres de haber pasado ese momento contigo, fue genial. A la semana próxima fuimos al que solía ser tu cuarto, pero un niñito nos impedía poder llegar: quería jugar con nosotros y no nos soltaba. Chispas entró a tu cuarto, mientras Mar Mar se quedó con él para que lo deje entrar a tu cuarto. Recuerdo que Mar Mar empezó a "negociar" con el niño para que pueda dejarlo visitarte, hasta que al fin pudo entrar contigo. El siguiente domingo no te encontramos en tu cama, por un momento nos asustamos mucho, pero luego una Doctora nos dijo que te había cambiado de cuarto: uf!

No tuvimos la misma suerte el domingo próximo: llegamos a tu cuarto, pero nos dijeron que estabas en sala de curaciones y que tardarías en salir de allí. Chispas y Mar Mar pensaron en hacer algo por ti, y de repente se les ocurrió la idea de escribirte una carta. No recuerdo exactamente lo que aquella carta decía, pero un extracto de su contenido es el siguiente:



Edgar:
Hoy fuimos a tu cuarto a visitarte, pero no
te encontramos, al parecer te fuiste de paseo y no nos invitaste u.u . Nos
dijeron que demorarías un poco en regresar. Vendremos por ti el próximo domingo
para que nos cuentes todo.

Tus amigos

Chispas y Mar Mar

(un dibujo de nosotros)



Se la entregamos a una Doctora y le dijimos que en cuanto salgas te la entregue, pero nos molestó bastante cuando a la semana próxima te preguntamos por la carta y nos dijiste que no la habías recibido: la Doctora, adrede o no, no te la entregó.

Domingo 1 de febrero: Mar Mar, Lluca, Anés y Tin Boing, fueron a Medicina D; Chispas no pudo venir con nosotros. Te presenté a los demás clowns, hablamos contigo, incluso jugamos un rato. Al poco rato Mar Mar y Anés quedamos solos contigo, Anés te hacía preguntas que en ese momento a Mar Mar le parecieron un poco extrañas: "¿Qué quieres ser de grande?", "¿Dónde está tu papá?", y la más rara de todas: "Cuando estás aquí solo... ¿en qué piensas?" Fue una pregunta que dejó frío a Mar Mar, pero aun mucho más cuando tú, Edgar, respondiste casi inmediatamente: "en que pronto saldré de aquí" Aquellas palabras se quedaron impregnadas en mí, nunca las olvidaré, y tampoco aquella petición que Anés te dijo que digas antes de dormir: "Daré gracias a Dios y pronto saldré de aquí" Todo fue muy extraño aquella vez. "Mar Mar... ¿y Chispas? ¿dónde está?", en ese momento estaba hablando solo contigo, Anés ya se había retirado. "Iré a buscarla Edgar, espérame un ratito que ire y la traeré para que la veas y podamos estar juntos". Tu asentiste, te dejé, me despedí con la promesa de que volvería lo más pronto posible con Chispas. Entré a tu cuarto nuevamente, "Edgar, te haré un truco de magia" Mientras hacía movimientos ondulatorios con las manos y con la gran bata que tenía puesta, de repente, ¡Pum! Apareció Chispas con una bonita sonrisa. Te alegraste, fue un momento muy bonito el poder estar contigo allí los tres juntos.

Siete domingos pasamos juntos, o bueno, fueron cinco porque en dos ocasiones no te encontramos pues estabas en la sala de curaciones. Hasta que llegó el domingo 8 de febrero, un domingo que prometía ser diferente pues todos ustedes los niños recibirían la visita de nuevos individuos que pronto laborarían de igual manera en la que lo hacemos nosotros. Antes de entrar todo parecía ser indicio de un buen día. Sin embargo, cuando se eligieron a quienes iban a ir a tal pabellón, la casualidad no quiso que ni Chispas ni Mar Mar vayan a Medicina D, y por ende tampoco a Quemados, en donde estabas tú. Entre un mar de caras, nuestras miradas se cruzaron y permanecieron quietas con un gesto de rareza en la situación y un poco de tristeza de no poder ir a visitarte ese día. Todo fue muy raro, cada uno fue por su lado e hizo lo propio.

Después de terminada nuestra labor, nos reunimos para conocer a los que serían los nuevos integrantes. Una sensación muy extraña recorría mi mente en aquél entonces, todo y todos me eran indiferentes, no me importaban. Permanecí oyendo lo que decían, pero no escuchándolos. Solo estuve pensando mucho mientras jugaba con el sombrero de Chispas en mis manos. Todos se despidieron, Nita (Chispas) y Wenz me habían notado extraño, me preguntaron el por qué de mi actitud. Al poco rato, Nita y Yaloca estaban hablando, y casualmente me topé con ellas: Yaloca nos dijo a ambos que Edgar ya no estaba, y automáticamente preguntamos "pero entonces... ¿dónde está?", Yaloca se quedó callada por un momento, no sabía qué decir. Hasta que pronunció las palabras que uno nunca quiere oír y que, en ese momento, ni Nita ni Omar, nos esperábamos. "Edgar ya no está porque él ha fallecido..." Nos invadió una tristeza inconsumable, solo atinamos a correr desesperadamente hacia Quemados para cerciorar lo que Yaloca nos dijo. Corrimos muy rápido, subimos las escaleras aun más rápido. Una vez en el pasadizo recuerdo haber cogido de la mano a Nita para estar juntos en aquella mala situación. Por alguna extraña razón, la puerta de Quemados, que siempre está cerrada, estaba abierta... entramos... pasamos de largo sin pedir batas, pues ya no nos serían necesarias y, además, ¡A QUIÉN LE IMPORTA PERDER EL TIEMPO PIDIENDO UNA COCHINA BATA EN ESE MOMENTO TAN DIFÍCIL! Le preguntamos a una Doctora acerca de ti, Edgar: lo único que nos dijo fue confirmar lo que Yaloca nos había comentado.

No lo podía creer, así que fui hasta tu cuarto y solo encontré tu cama doblada en dos sin sábanas encima. Le pregunté a otra Doctora por ti, pero no me quiso dar ningún tipo de información sobre ti. Me enfadé mucho, sentí impotencia. Le di la espalda y salí, Nita ya no estaba allí. No la encontré cuando salí, no había nadie. Solo atiné a sentarme donde hace unos minutos antes todos reían y comían sintiéndose alegres de la experiencia vivida por la mañana, ignorando que aquél lugar también sería testigo de una gran tristeza profunda, que no pudo concretarse sino en fuertes sentimientos internos.

Nunca vamos a olvidarte Edgar, ocupaste un espacio dentro de nuestros corazones. Fuiste muy especial para nosotros desde el primer día en el que nos conocimos. Nos recordabas a pesar de los siete días que teníamos que esperar para vernos y eso fue lo que más valoramos en ti: tu identificación con nosotros y las sonrisas que nos regalabas cada domingo que estábamos contigo. Visitar el pabellón de Quemados no será lo mismo si no estás tú, aunque claro, hubiésemos preferido muchísimo que si no estuvieses en el Hospital, estuvieses en tu casa, con tu familia; pero ahora estás junto con tu papá allá donde todos creen ir. Nunca olvidaré las palabras que mencionaste: "en que pronto saldré de aquí", y pues al parecer repetiste muchas veces la petición que Anés te enseñó y que más tarde Mar Mar te haría recordar puesto que lo habías olvidado. Fue una bonita enseñanza, pero olvidamos decirte que a más fe presente en la petición, más rápido Él te sacaría de allí, y pues, sí, al fin saliste de allí.

Te cuento que muy pronto Chispas y Mar Mar te irán a visitar nuevamente, y aunque no nos veamos directamente, se que mientras estemos allí, tú estarás siempre a nuestro lado. Esperamos que tú también nos visites regularmente, te estaremos esperando gustosos y contentos. Te queremos mucho Edgar, siempre estarás con nosotros como un amigo que supo sonreír en los momentos en los que el infortunio de la vida lo acogió.

Una vez más Edgar, nunca te olvidaremos... ¡NUNCA!

Chispas y Mar Mar

jueves, 5 de febrero de 2009

Ella en ti

Parece que sí es real... pasa reflejando su belleza y dulzura. Ella, la mujer que siempre estuvo presente en mi mente mientras atormentaba mi realidad, parece moldear las facciones de una fémina llena de alegría, ternura y un aire de misticismo sombrío; parece que retoma en ella su carácter enamoradizo. Tu bella sonrisa refleja la hermosa sincronización que, entre ella y tú, guardan. Ella es la única que me solía hacer caer a un estado de tristeza, pero, ahora o nunca, ella viene a casa. Encarnada en tí, ella vendrá para quedarse, quizá, aunque sea, por un pequeño lapso en el que, al fin, podamos ella y yo estar juntos toda una eternidad. (...) Ilusión, ilusión... idealismos vagos que no hacen más que reafirmar que she isn't real... I can't make her real...



"She is everything to me... hard to say what caught my attention"


Ü-mr

lunes, 5 de enero de 2009

[Frase]

No se gana nada si, por circunstancias falaces del azar, se otorgan infamias y afrentas al combatiente y no al magnate abyecto e incrédulo que nos subyuga y esclaviza.



"cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da"

Ü-mr